jueves, 23 de marzo de 2017

"ALDITA... CALLADITA"


Hoy me acompaña en este Blog mi gran amiga, gran persona, gran profesional: Alda Recas, para mí un gran referente y alguien que está llamada a ocupar un puesto relevante en la Enfermería Española.
Os dejo una carta personal tras la apertura del Expediente Sancionador que le ha abierto el Colegio de Enfermería de Madrid a instancia y denuncia del Consejo General de Enfermería y su Presidente Máximo González Jurado.
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“Aldita… calladita”
ALDA RECAS


Sabíamos que nos podía pasar algo, lo veíamos venir desde hace más de cuatro años, desde que, tras pedir ayuda a nuestros representantes en temas graves (intento de privatización del sistema sanitario, precariedad laboral, ataques al colectivo, especialidades, no visibilidad, etc.) descubrimos un nido de oscurantismo y poder, que al hacerse  invisibles a la sociedad y al colectivo han podido manejar millones de euros anuales de nuestras cuotas obligatorias para  poder trabajar: el colegio de enfermería de Madrid (CODEM) y el Consejo General de Enfermería de España (CGE).
No nos hubieran sorprendido querellas, con nuestras cuotas, contra AME (Asociación Madrileña de Enfermería), contra nosotros, incluso contra mí, pero nunca imaginé que el ataque pudiera venir de manera directa contra lo que soy, por lo que lucho: mi condición de enfermera.

Si el expediente que el Codem y Máximo G. Jurado me han abierto sale adelante pueden inhabilitarme como profesional y todo por pedir con reuniones, más de 80 escritos, un contencioso, una querella criminal… a nuestros representantes que lo hagan de manera transparente, clara, sin intereses más allá de la profesión, del sistema y del paciente.

Dicen que durante la junta anual del Codem en diciembre, acto anual de una junta a la que hemos puesto una querella con nuestro dinero por autoproclamarse presuntamente sin elecciones, le dije a Máximo G. Jurado que cómo podía votar a favor de un cambio estatutario que iba en contra del funcionamiento democrático de cualquier institución y  a favor también de unos presupuestos opacos donde empresas y fundaciones campan a sus anchas.

Dicen que le grité, que canté “libertad, libertad, sin ira libertad” junto a un grupo de enfermeros, porque ellos sí son mi grupo: un grupo de luchadores, que trabajan arduamente como lo hacen (en parte por culpa de nuestros representantes), que tras la  vida familiar y  personal siempre buscan un hueco para luchas por otra enfermería. Y es por esa otra enfermería por la que cantaría mil veces “libertad, libertad”,  por la que seguiría y seguiré luchando.

Invito a nuestros representantes a repasar cómo nos trataron en juntas anuales anteriores, se nos insultó, miró amenazante, me han dicho “calladita”, “aldita” “oye niña, no tienes derecho a saber”, esos sí son a los que deben atacar, los que no escuchan ni representan ni quieren cambiar nada. A pesar de ello todas las reuniones y actos en los que se ha coincidido  han sido en un ambiente de respeto por nuestra parte.

A mí me enseñaron desde que era niña, luego mujer, enfermera y  cooperante que la dignidad colectiva, nuestros derechos y el sentido de la justicia y respeto debe ser lo que me mueva como persona y eso llevo haciendo desde Ame más de 4 años ya.

Podrán abrirme un expediente para intentar que no trabaje durante una temporada (o de por vida) pero nunca podrán quitarme mi corazón y mi pensamiento enfermera regidos ambos por la solidaridad, el respeto, el sentido de justicia, los actos hacia el bien común y la dignidad.

Firmado.

Alda Recas Martín. Enfermera.

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